EL RETO DEL MALVAVISCO

El reto del Malvavisco es uno de los ejercicios más completo y casero que he podido practicar en mi vida. Una de las cosas que me llamó más la atención fue el uso de materiales tan del día a día, como spagettis o golosinas de nubes. The Marshmallow Challenge, en su versión original, fue ideado por Tom Wucej, un escritor y profesor universitario canadiense dedicado a realizar discursos, ponencias y talleres para asesorar a empresas en el ámbito de la innovación, la creatividad y las tecnologías disruptivas aplicadas a los negocios.

Su desafío tiene como objetivo sacar a la luz las habilidades colaborativas en grupo, en un entorno de trabajo con tiempo y recursos limitados. De igual forma, permite fomentar tanto la creatividad como el trabajo en equipo. Además, durante el desarrollo del juego, es posible comprobar cómo en cada grupo ejerce un rol determinado: líder, trabajadores, oposición u otros tantos papeles. En este desafío formé grupo con Belén Lorenzo, Max Fernández y Teresa Gómez.

Mis compañeros de equipo y yo posando con nuestra plataforma final.

Para realizar este trabajo los cuatro miembros del equipo de trabajo tuvimos varios roles que fueron rotando de la persona según el momento. Obviamente, al contar con la fragilidad y escasez de los fideos, hubo que hacer uso del rol de cerebro. Era importante tener la suficiente creatividad y percepción espacial para formar una base fuerte y firme, desde la cual asentamos los cimientos de la creación. Una vez empezada la actividad, llegamos a la conclusión de formar una base cuadrada, con cuatro nubes en cada esquina y una en el centro. El objetivo de esta última era repartir la fuerza de gravedad en más puntos, lo que le dio una mayor estabilidad.

Cabe mencionar que otros roles estuvieron presentes en el proceso creativo. Investigador, coordinador, evaluador, liderazgo y motivación fueron los más destacados que se representaron entre otros que lo fueron en un papel secundario o terciario.

Al fin y al cabo, en un proyecto con un equipo nuevo, joven y habiéndose conocido esa misma sesión hubo valores en común ideales para evitar conflictos o problemas entre nosotros. Siempre que uno de los miembros no estaba de acuerdo con lo que otro había propuesto lo decía y lo argumentaba con total tranquilidad y comodidad. Es más, gracias a esta oportunidad he podido conocer personas con las que he estado trabajando de una manera tan cómoda. Tal es así que he repetido trabajos grupales con ellos. Personalmente pienso que, al encontrar grandes compañeros de trabajo, debería cuidarlos para seguir formado equipo con ellos en el futuro.

Personalmente creo que mis papeles han sido de ejecutor, motivador, coordinador y explorador. Durante muchos momentos tuve la suficiente autoconfianza para realizar acciones previamente pactadas y sin temor de poder destrozar lo destruido. Además, cuando los momentos eran críticos pude sacar motivación para creer en la estabilidad de nuestra maqueta, la cual finalmente se derrumbó.