Al sentimiento que se basa en reconocer y estimar el mérito de alguien o de algo se asocia con el concepto de aprecio. Por su parte, cuando una persona analiza pormenorizadamente algo y lo valora según los criterios propios de la materia de que se trate decimos que esta ejerciendo una crítica. Ambas palabras se pueden utilizar en distintas facetas del día a día. Es muy recurrente oír crítica periodística, aprecio laboral, crítica literaria, entre otros…
A diferencia del aprecio, la crítica puede realizarse de dos maneras distintas. Al fin y al cabo, esta se realiza cuando la situación es contraproducente o negativa y la intención depende del emisor. Ahí conocemos y diferenciamos a la crítica constructiva, que busca encontrar un remedio al problema; y la destructiva, sin tacto y con intención de dañar. Desde chico me decían que nadie nace sabiendo y que se construye con el paso del tiempo y una crítica constructiva es una de las mejores ayudas que podemos dar y recibir.
En febrero de 2014, el portal web “El blog del mando intermedio” se preguntó si es mejor criticar en privado o en público. En este escrito, Pilar Torrijos Gijón (autora) hizo referencia al escritor estadounidense Stephen Covey (de obras como “Los siete hábitos de las personas altamente efectivas”) en diversas ocasiones. Haciendo citas como las siguientes: “Se elogia en público y se critica en privado”. Cuando uno es criticado puede sentirse triste, decepcionado, infravalorado, inútil o incapaz. A esto, en el caso de que se realice de cara al público, podemos sentirnos avergonzados y humillados. Es por ello por lo que, lo idóneo debe ser realizarla en privado, con la mayor empatía posible y ser lo más cercano posible. Al fin y al cabo, cuando se realiza una crítica se pone a prueba el respeto y confianza que el receptor recibe del líder, la cual es una de las claves del éxito de todo equipo.
En este artículo, se menciona tres errores comunes a la hora de realizar esta idea: acumular reproches, no conceder el beneficio de la duda y dar por hecho que lo hizo mal a propósito y criticar la personalidad y no la acción.
Haciendo otra referencia, Dale Carnegie afirma que la manera de conocer la grandeza de una persona es conociendo la grandeza en la que trata a personas pequeñas. Trasladado a un lenguaje más coloquial, contemporáneo y aplicado al sector de la hostelería sería el dicho popular “cómo tratas a los camareros dice mucho sobre como eres”. Partiendo de la base de que por que un trabajador del sector se dedica a servir a sus clientes se puede entender que está en inferioridad.
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